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GONZALO BRUNO

Quién dice sombra

CONCIERTO HOMENAJE A PAUL CELAN


ENCARGO DEL FESTIVAL FIAS 2020
Centenario del nacimiento de Paul Celan (1920-1970)


Composición y arreglos en colaboración con Victor Cabezuelo, Pablo Martín Caminero, Sofía Comas


INTÉRPRETES
Víctor Cabezuelo | Sintetizadores, piano y voz
Pablo Martín Caminero | Contrabajo
Gonzalo Bruno | Sintetizadores y coros
Sofía Comas | Piano y voz
José Hernández Pastor | Voz


Iluminación | Eleni Chaidemenaki
Sonido directo | Shayan Fathi
Vídeo por Papa Cobayo

En 2020 se celebra el centenario del nacimiento de Paul Celan, poeta rumano de origen judío, uno de los grandes líricos en alemán del siglo XX, quien logró acallar la lapidaria afirmación de Theodor Adorno «escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie».
Tras haber sufrido la muerte de sus padres, al haber sido deportados a un campo de exterminio, Celan se sentiría para siempre culpable por haber sobrevivido a la barbarie y lucharía durante toda su vida contra esa fatal herida que jamás cicatrizaría. Esto le llevaría en los últimos diez años de su vida a enfrentarse a la medicación, internamiento en clínicas y sesiones de electroshock.
"Había muchas fuerzas reunidas en mí -no sólo las de la poesía-, que eran una sola fuerza, una sola. Han querido quitármelas -tal vez porque eran demasiado grandes-; mi fuerza era tan grande que no han podido dejármela. Me defendí durante mucho tiempo, pero cuanto más decidido y concentrado llevaba ese combate, más dura se hacía la caída", le escribió en una carta de 1969 a Ilana Shmueli. Poco tiempo después, se arrojaba a las aguas del Sena. “A veces el genio se oscurece y se hunde en lo amargo de su corazón” fue la frase de Hölderlin que encontraron subrayada en su escritorio unos días después de su muerte.
Tras su muerte, su amigo Henri Michaux le dedicaría estas palabras: “Se nos ha ido. Claro que podía escoger. El fin no será tan largo. A flor de agua, el cadáver tranquilo.”
Quien dice sombra nos propone un recorrido musicado por sus doloridos versos, aquellos que no pudo dejar de escribir durante toda su vida. Esos versos, escritos en alemán, la lengua de los verdugos de sus padres. Esos versos que mantienen su aspereza y desolación en las traducciones al castellano, convirtiendo a Celan, quien trasladó al alemán a tantos otros poetas, en traductor traducido y permitiendo que todo ese dolor nos ahonde hasta los huesos y se mantenga en la memoria.